DENUNCIA PÚBLICA ESTUDIANTES UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
AMENAZA DE MUERTE A ESTUDIANTES Y PROFESORES INGRESO DEL ESMAD
Denunciamos públicamente el ingreso violento del Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD, al campus de la Universidad de Antioquia el día 10 de marzo del año en curso a las 6:00 pm, para disolver una actividad pacífica que se estaba realizando en la portería de Barranquilla y la posterior amenaza de las auto-denominadas Nueva Generación Águilas Negras a estudiantes y profesores de la Universidad de Antioquia.
HECHOS:
1. El día 9 marzo de 2011, se dieron cita en el Teatro Popular Comandante Camilo Torres Restrepo, los estudiantes de la Universidad de Antioquia en Asamblea General. En dicha asamblea se decide realizar una jornada de denuncia sobre la situación actual de la misma en el bloque administrativo y la conformación de una coordinadora de estudiantes.
2. El día 10 de marzo desde las 2:00 pm los estudiantes acudieron al Bloque Administrativo, para dar cumplimiento a la actividad aprobada en la Asamblea. Por medio de pintas se denunció el carácter lesivo de la reforma del reglamento estudiantil y la militarización del campus desde el día 13 de septiembre de 2010 a la fecha.
3. Pasadas las 5:00 pm los estudiantes se dirigieron en un mitin pacífico a la Portería de Barranquilla quedándose allí aproximadamente una hora sin restringir el ingreso de las personas a la Universidad.
4. Aproximadamente a las 6:00 pm el Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD, ingresa al campus sin justificación alguna disolviendo la actividad, haciendo uso de granadas aturdidoras, gases lacrimógenos y balas de goma. No obstante lo ocurrido, los estudiantes permanecen en la portería sin confrontar violentamente al ESMAD durante 40 minutos hasta que la Personería de Medellín se hizo presente para negociar la retirada del ESMAD. No se presentaron heridos ni capturados.
5. A las 8:45 pm se recibe un correo electrónico enviado desde aguilasnegrasauc@hotmail.com al correo oficial de Asamblea de Estudiantes, estudiantesudea@gmail.com, donde se expresan múltiples amenazas entre ellas “…esta es la última advertencia, muerte a esos estudiantes y profesores terrorista de la guerrilla, nos cansamos de tantas ideas estúpidas de cambiar el país…”
6. El día 11 de marzo un grupo de estudiantes se dan cita en el bloque administrativo con el Vicerrector Martiniano Jaime Contreras (debido a que él se encuentra cumpliendo funciones de rector por la ausencia de este en la ciudad), para exigir el pronunciamiento de la administración frente a este hecho, a lo cual responde que no consideraba importante estas amenazas asegurando que “…había rumores entre el personal administrativo de una supuesta “auto-amenaza”… ”. A la salida del tercer piso el personal de seguridad privada de la empresa ATEMPI agrede verbalmente a los estudiantes tildándolos de “revoltosos”, los cuales exigen la presencia del Vicerrector Martiniano Jaime Contreras para que sea testigo de la agresión pero él no hace presencia en el lugar, parándose desde lejos a ver como son agredidos; los estudiantes salen del bloque administrativo a eso de las 3: 30 pm y responsabilizan de manera verbal a la administración de la universidad de Antioquia frente a cualquier hecho en contra de estudiantes y profesores de la misma.
Estos acontecimientos demuestran que persisten las vulneraciones a los Derechos Humanos en la Universidad de Antioquia, aun en presencia de aquellos que dicen ser fieles defensores de los estudiantes como el Vicerrector Martiniano Jaime Contreras y por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios, ESMAD.
DEBIDO A ESTO:
1. Exigimos que se abra una investigación judicial a estos hechos donde se indague y se esclarezca la procedencia de las amenazas de los auto denominados Nueva Generación Águilas Negras y que se impute los cargos correspondientes a los responsables.
2. Exigimos que la administración de la Universidad de Antioquia encabezada por el rector Alberto Uribe Correa se pronuncie frente a estas amenazas.
3. Solicitamos que la opinión pública nacional e internacional y demás organizaciones estudiantiles, profesorales y colectivos de Derechos Humanos se pronuncien rechazando este tipo de acciones y reclamando el respeto a la vida y la protección de los estudiantes y profesores.
4. Exigimos del Gobierno Nacional, Departamental y Municipal se garantice el respeto a la oposición política, al pensamiento crítico, a la libre expresión, y el respeto a la actividad que venimos realizando en defensa de la educación pública estudiantes y profesores de la universidad de Antioquia
5. Responsabilizamos al Gobierno Nacional y a la administración central de la Universidad de Antioquia en caso tal que llegara a ocurrirle algún atentado a los estudiantes y profesores de la comunidad universitaria o a sus familiares.
| ocultar detalles 10 mar (hace 8 días) |
El día que se estremeció la ciudad…1
Imperialismo, terrorismo de Estado y criminalización de la protesta social
La presencia, influencia y acción norteamericana en la política, la economía y hasta en la cultura de nuestros países, ha significado una constante de dominación coerción y contención de los procesos de lucha y resistencia políticos, sociales y culturales que históricamente han surgido en búsqueda de la consecución de justicia, libertad, paz y autodeterminación de nuestros pueblos.
La comprensión del modo de operación del imperialismo yanqui y de sus políticas intervencionistas en los asuntos internos de los países latinoamericanos nos ayuda a entender la correlación existente entre acontecimientos recientes que representan graves amenazas a la seguridad, la paz y los derecho a la resistencia y la autodeterminación, más allá de las estrechos márgenes que representa el binomio capitalismo-“democracia”, considerado por ellos como el único modelo aceptable y viable. El gobierno de USA, sin importar su filiación partidaria, proclama su “derecho” a supervisar a los demás países en el cumplimiento de deberes internacionales y a imponer castigos a quienes sean desaprobados.
Son políticas y acciones concretas las que relacionan al gobierno estadounidense con los intentos separatistas y desestabilizadores en Bolivia; y con las constantes, y cada vez más beligerantes, agresiones contra Venezuela. Son ellos quienes suministran apoyo logístico, militar, financiero, mediático y político al gobierno terrorista de Santos en Colombia, en una guerra contra lo que denominan “narcoterrorismo”, la cual ha sido en realidad un guerra contra el pueblo organizado, los opositores políticos, y los defensores de DDHH. Es la “diplomacia” estadounidense la que operó “políticamente” desde una de sus bases militares el golpe de estado en Honduras contra el presidente Zelaya. Así mismo, hay rastros y evidencias de la presencia de diversos organismos gubernamentales de EEUU en el reciente intento golpista en Ecuador.
En México, tiene también participación por medio de la llamada “Iniciativa Mérida” en la “guerra contra el narcotráfico” de Calderón la cual -como sabemos- se ha zanjado con más de 30 mil muertes violentas, en lo que va del sexenio, y ha sumergido a buena parte del territorio y algunas ciudades, en un verdadero estado, no de sitio, sino de terror.
De los acontecimientos recientes mencionados hay hasta ahora, dos experiencias. Por un lado se encuentran los países que pese al hostigamiento y agresiones constantes del imperialismo y sus aliados locales han logrado seguir adelante con sus procesos de cambio social, tal es el caso de Bolivia, Venezuela y Ecuador, estos dos últimos además han logrado revertir respectivamente, intentos golpes de estado y agresiones directas a sus presidentes. Y en el otro extremo encontramos a tres países que desarrollan y llevan acabo acciones y políticas concordantes con los dictados imperiales, tanto en lo económico como en lo político y policiaco-militar. Hablamos de México, Colombia y Honduras, que son utilizados como punta de lanza para fortalecer el dominio estadounidense de la región.
En estos tres países, amén de los problemas que entraña la aplicación del modelo económico neoliberal, las políticas desarrolladas registran un saldo grave en materia de DDHH. Los tres países tienen en común un número creciente de presos políticos, hostigamiento, persecuciones, amenazas, ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, violaciones, torturas y desplazamientos forzados.
Para lograr lo anterior, se implementan políticas de contención-dominación-coerción dentro de las que destaca la criminalización de la protesta social. Ésta constituye una estrategia privilegiada como mecanismo de encubrimiento ideológico y de legitimación política y social de las acciones represivas del Estado en contra de luchadores sociales, dirigentes comunitarios, periodistas y comunicadores alternativos; activistas, estudiantes y opositores en general.
La criminalización de la protesta social se produce cuando el Estado utiliza e interpreta la legislación penal para juzgar, tipificar y sancionar el comportamiento de personas y organizaciones sociales. De modo tal que un reclamo o una acción de protesta, considerados como derechos, son convertidos en delitos.
Los derechos de expresión, organización, comunicación, defensa y hasta de debido proceso son impedidos en la práctica, lo cual lleva a ahogar la voz de quienes más necesitan ser escuchados. Actualmente en México y Colombia cualquier asesinato, desaparición, secuestro o agresión física no se investiga, sino que se justifica de inmediato como “relacionada con el crimen organizado” o el “narcoterrorismo”.
Los propósitos de una política de esta naturaleza son claros: hostigar, perseguir y reprimir a quienes ejercitan una actividad política en distintos frentes del quehacer social-popular y, de esa forma, inhibir la oposición al régimen o a alguna de sus acciones de gobierno. Como política de Estado, para su ejecución requiere de la acción de gobernantes, funcionarios, jueces, fuerzas militares, policiales y/o paramilitares, políticos y medios de comunicación. Por tanto estas acciones constituyen una forma de gobernar y de ninguna manera un comportamiento circunstancial.
Sin embargo, la criminalización de la protesta social no podría explicarse y aplicarse sin el “linchamiento mediático”. Este último crea las condiciones psicológicas en la sociedad para que acepte una política represiva aplicada en contra de otros, a quienes previamente se los muestra como violentos, peligrosos, enemigos de la sociedad y el país, saboteadores o terroristas. La lista de calificativos puede ser extensa.
Sin dar derecho a la defensa o a la réplica, envilecen a quien se ha convertido en objetivo político lanzando en su contra todo tipo de juicios de valor negativos; lo juzgan y sancionan ante la sociedad sin otorgarle el derecho a la defensa. Así, todo lo que el Estado haga en su contra es poco, e inclusive faltaría fuerza en la ley para reprimirlo. De esa manera el Estado consigue la justificación para golpear y reprimir, con base en un consenso social.
Esto es lo que ha ocurrido con las víctimas del bombardeo colombiano en Ecuador, y particularmente contra Lucía Morett, quien continúa perseguida con causas penales en Ecuador, México y Colombia además de un pedido internacional de detención por parte de INTERPOL. Es lo que ocurre con el profesor Miguel Ángel Beltrán, detenido arbitrariamente en México y deportado indebidamente a Colombia. Y es lo que ha ocurrido con las víctimas de la desaparición forzada y las ejecuciones extrajudiciales, e incluso con amigos y familiares de las víctimas.
Se ha gestado un clima de persecución internacional, que busca criminalizar a los luchadores sociales como el caso del chileno Manuel Olate del Partido Comunista que está en prisión preventiva por un pedido de extradición en Colombia.
Por otra parte, la senadora Piedad Córdova fue privada del cargo para el que fue electa, con la argucia de que colabora con la insurgencia, cuando fue ella quien encabezó la misión “Colombianos por la Paz” que logró la liberación de varios rehenes. También fue inhabilitada para ocupar cargos públicos, cuando se trata de una persona que ha luchado incansablemente por la paz.
Ante esto nos parece impostergable alertar y denunciar tanto las políticas imperialistas y las acciones intervencionistas como las políticas de seguridad que se desarrollan como terrorismo de Estado, así como la criminalización de facto de la protesta social y el derecho a pensar y expresarse críticamente, ya que estas acciones que surgen del Estado y de la colaboración entre estos constituyen ofensas y atentados concurrentes contra la vida, los DDHH, la paz, la seguridad y la autodeterminación.
Estas políticas de seguridad están acompañadas de una impunidad de las fuerzas castrenses que asesinan a civiles, principalmente a los jóvenes. Por ello resulta necesario reivindicar y dar voz a las víctimas, a los familiares de las víctimas, a las organizaciones sociales, a los comunicadores, activistas, defensores, artistas, intelectuales y estudiantes que desde el ejercicio de sus legítimos derechos buscan un mundo más justo y más digno de ser vivido. México no merece una “colombianización” al estilo Uribe-Santos, sino un destino de unidad con las luchas libertarias de América Latina y del mundo.
Exoneración total a Lucía Morett.
Castigo a los asesinos de Juan, Verónica, Soren y Fernando, caídos en Sucumbíos a manos de los terroristas colombianos.
* Mariana López de la Vega y Miguel Ángel Aguilar González: Sociedad de Estudios Culturales de Nuestra América:
*José Enrique González Ruiz: Postgrado en Derechos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México:
La aplicación ilegal de la pena de muerte en Colombia:
Fuente RPASUR
Julián Andrés Hurtado Castillo
HAGAMOS PRESENTES LOS DESAPARECIDOS
Que todos sintamos el dolor
Que a todos nos avergüence el ultraje a Ia vida
Que a todos nos indigne, que los criminales sientan el acoso.
Que el cerco se les estreche
Que sepan que por el crimen hay que pagar un costo
Este país se pobló de indiferentes
Rechacemos Ia ausencia impuesta de nuestros seres queridos
Chucho Peña (Poeta desaparecido, torturado... ¡Asesinado!)
En su memoria
El Derecho a Ia Verdad, es decir, el derecho a conocer el contexto bajo el cual ocurrieron los hechos y los responsables materiales e intelectuales del asesinato del estudiante Julián Andrés Hurtado Castillo, a cuatro años de haber ocurrido, esta abrigado por las sombras de la impunidad, hoy por hoy se encuentra nublado, estático... desde todo punto de vista va rumbo a la impunidad con Ia complacencia de unos y el silencio de otros. La obligación del Estado de investigar seriamente que ocurrió, a sancionar a los responsables y a restablecer a las víctimas en sus derechos, se quedó atascado en una primera etapa dizque de recolección de pruebas, juzgadas por cierto, de insuficientes.
En medio de estas dolorosas y repudiables circunstancias, familiares, amigos y compañeros de Julián Andrés Hurtado Castillo, invitan al acto de exhumación de sus restos.
Sitio de llegada: Cementerio Jardines del Recuerdo (7:00 am.),
Capilla San Fernando Rey (9:00 am.).
Para dónde va la UDEA
Este lunes 11 de octubre se abrieron nuevamente las puertas de la Universidad de Antioquia para recibir a sus estudiantes; sin embargo, algo de extrañeza queda en el ambiente que no permite mucho optimismo frente a la normalización de las actividades; ni siquiera existe claridad sobre los acontecimientos que motivaron dicho cierre. Periferia habló con profesores, estudiantes y otros actores cercanos a la Universidad y todos coinciden en que el 15 de septiembre en la tarde los estudiantes realizaban una protesta pacífica y no hubo en ellos una actitud intimidatoria o amenazante contra las directivas de la Universidad. También coinciden en que los problemas estructurales que afronta la Universidad son muy graves y no pueden reducirse, como pretenden las directivas, a un problema de orden público.