Por : Manu García
En las dos últimas semanas se está viviendo una situación muy agitada en el sector de la Enseñanza Universitaria en Colombia, con el estudiantado y la comunidad educativa llevando a cabo amplias movilizaciones. Y no es para menos. La situación de las universidades públicas es desastrosa. Apenas tienen financiación y por si fuera poco les quieren hacer pagar la desastrosa gestión efectuada desde otras instancias. Las universidades del Atlántico y de Pamplona están en quiebra y el panorama para las demás no es mucho más halagüeño.
Además, el gobierno de Uribe proyecta profundizar su política de guerra interna (conocida como de "seguridad democrática") dentro de las universidades mediante la aprobación de un reglamento interno que reforzará el papel del paramilitarismo y la represión a la disidencia dentro de la institución.
Y no acaban aquí los males de una contra-reforma educativa que está avanzando a pasos agigantados en el proceso de privatizaciones y que es usada como caballo de batalla del gobierno Uribe para conseguir sus propósitos políticos.
A comienzos de la semana pasada, en una multitudinaria asamblea triestamentaria (estudiantes, profesores y trabajadores) de la sede de Bogotá de la Universidad Nacional, se aprobó ir a la huelga y un calendario de movilizaciones que ha ido ampliándose en sucesivas asambleas y extendiéndose por todo el país.
El viernes 16 tuvieron lugar unos incidentes en dicha UN de Bogotá, la policía antidisturbios invadió el campus por orden directa del presidente Uribe (que acudió después al lugar de los hechos para jactarse de esa, según él, "operación antiterrorista") y practicó centenares de detenciones. Más de 20 detenid@s están acusad@s de secuestro y de intento de homicidio, unos cargos absolutamente desproporcionados y que pueden comportarles varios años de cárcel. Además, hay 5 órdenes de busca y captura contra otros estudiantes a los que se les acusa de los mismos delitos y de ser los "autores intelectuales" de los mismos. Se han pegado carteles con sus rostros por toda la ciudad y se ofrece por ellos una recompensa de 5 millones de pesos. No sería el primer estudiante o profesor encarcelado en las prisiones de Colombia por delitos de opinión o de manifestación.
El martes 20 decenas de miles de estudiantes, profesores y trabajadores universitarios salieron a las calles en todo el país para rechazar la contra-reforma educativa y la criminalización del movimiento estudiantil. La manifestación en Bogotá fue impresionante. El aguacero espectacular que inundó las calles no arredró a los miles de manifestantes que marcharon desde la Universidad Nacional hacia el centro de la ciudad. La marcha terminó frente al edificio del Congreso, donde el Parlamento se comprometió a aprobar ese mismo día un aumento del presupuesto de las universidades públicas. El aumento presupuestario, aunque presentado por los medios (controlados en su mayoría por el uribismo) como un triunfo estudiantil, en realidad es ridículo y no soluciona los graves problemas financieros.
Así lo entendió la comunidad universitaria de la Nacional de Bogotá, que en otra asamblea celebrada el miércoles 21 con un auditorio con capacidad para cerca de 2000 personas lleno a reventar, decidió seguir con el paro y con las medidas de presión. Otras universidades, como la Distrital, se han sumado en los últimos días al movimiento. Precisamente, el día que esta institución aprobó ir a la huelga, la policía antidisturbios cargó contra los estudiantes que se concentraban a la puerta de una de sus facultades. También hubo cargas en otras ciudades, como Cali y Medellín.
Ayer viernes tuvo lugar un simbólico "abrazo a la universidad" por parte de la comunidad en lucha. También allí hizo acto de presencia en actitud intimidatoria y provocadora la policía, con el pretexto de buscar entre los miles de concentrad@s a los compañeros sobre los que pesa la orden de busca y captura.
Nota de anarkismo.net: para mayores antecedentes y el contexto de la protesta universitaria, ver el siguiente artículo: La otra guerra de Uribe: los estudiantes y las Universidades Públicas
En las dos últimas semanas se está viviendo una situación muy agitada en el sector de la Enseñanza Universitaria en Colombia, con el estudiantado y la comunidad educativa llevando a cabo amplias movilizaciones. Y no es para menos. La situación de las universidades públicas es desastrosa. Apenas tienen financiación y por si fuera poco les quieren hacer pagar la desastrosa gestión efectuada desde otras instancias. Las universidades del Atlántico y de Pamplona están en quiebra y el panorama para las demás no es mucho más halagüeño.
Además, el gobierno de Uribe proyecta profundizar su política de guerra interna (conocida como de "seguridad democrática") dentro de las universidades mediante la aprobación de un reglamento interno que reforzará el papel del paramilitarismo y la represión a la disidencia dentro de la institución.
Y no acaban aquí los males de una contra-reforma educativa que está avanzando a pasos agigantados en el proceso de privatizaciones y que es usada como caballo de batalla del gobierno Uribe para conseguir sus propósitos políticos.
A comienzos de la semana pasada, en una multitudinaria asamblea triestamentaria (estudiantes, profesores y trabajadores) de la sede de Bogotá de la Universidad Nacional, se aprobó ir a la huelga y un calendario de movilizaciones que ha ido ampliándose en sucesivas asambleas y extendiéndose por todo el país.
El viernes 16 tuvieron lugar unos incidentes en dicha UN de Bogotá, la policía antidisturbios invadió el campus por orden directa del presidente Uribe (que acudió después al lugar de los hechos para jactarse de esa, según él, "operación antiterrorista") y practicó centenares de detenciones. Más de 20 detenid@s están acusad@s de secuestro y de intento de homicidio, unos cargos absolutamente desproporcionados y que pueden comportarles varios años de cárcel. Además, hay 5 órdenes de busca y captura contra otros estudiantes a los que se les acusa de los mismos delitos y de ser los "autores intelectuales" de los mismos. Se han pegado carteles con sus rostros por toda la ciudad y se ofrece por ellos una recompensa de 5 millones de pesos. No sería el primer estudiante o profesor encarcelado en las prisiones de Colombia por delitos de opinión o de manifestación.
El martes 20 decenas de miles de estudiantes, profesores y trabajadores universitarios salieron a las calles en todo el país para rechazar la contra-reforma educativa y la criminalización del movimiento estudiantil. La manifestación en Bogotá fue impresionante. El aguacero espectacular que inundó las calles no arredró a los miles de manifestantes que marcharon desde la Universidad Nacional hacia el centro de la ciudad. La marcha terminó frente al edificio del Congreso, donde el Parlamento se comprometió a aprobar ese mismo día un aumento del presupuesto de las universidades públicas. El aumento presupuestario, aunque presentado por los medios (controlados en su mayoría por el uribismo) como un triunfo estudiantil, en realidad es ridículo y no soluciona los graves problemas financieros.
Así lo entendió la comunidad universitaria de la Nacional de Bogotá, que en otra asamblea celebrada el miércoles 21 con un auditorio con capacidad para cerca de 2000 personas lleno a reventar, decidió seguir con el paro y con las medidas de presión. Otras universidades, como la Distrital, se han sumado en los últimos días al movimiento. Precisamente, el día que esta institución aprobó ir a la huelga, la policía antidisturbios cargó contra los estudiantes que se concentraban a la puerta de una de sus facultades. También hubo cargas en otras ciudades, como Cali y Medellín.
Ayer viernes tuvo lugar un simbólico "abrazo a la universidad" por parte de la comunidad en lucha. También allí hizo acto de presencia en actitud intimidatoria y provocadora la policía, con el pretexto de buscar entre los miles de concentrad@s a los compañeros sobre los que pesa la orden de busca y captura.
Nota de anarkismo.net: para mayores antecedentes y el contexto de la protesta universitaria, ver el siguiente artículo: La otra guerra de Uribe: los estudiantes y las Universidades Públicas
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