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Cárcel sinónimo de nada, de olvido, de silencio, de odio, de rabia, culpable, sospechoso, desconfiable, malo, peligroso... nadie, jamas, sin estar dentro, podrá imaginarse lo que es estar preso...

Después de transcurridos cinco meses de mi encierro, de luchas internas en mi cabeza, de dolores, temores y desilusiones, de experiencias fuertes y tensionantes, de audiencias jurídicas que incluyen cortos paseos por algunas calles de la ciudad, custodiados por oficiales del INPEC fuertemente armados. Calabozos donde el individuo se convierte en una simple diligencia, pendiente o realizada, dependiendo de si es la llegada o la salida del palacio de justicia. Jueces que a mi juicio son incompetentes, incapaces de tomar una decisiones por miedo o tal vez por su misma ineptitud.

Después de todas estas noches llenas de recuerdos, me siento preparado para hablar en el estrado, denunciar y desenmascarar toda esta farsa que me ha mantenido privado de mi libertad: Me siento para recordarle a la comunidad que los estudiantes no somos terroristas, que tenemos derecho a protestar como cualquier ser humano y que el estado no puede pretender criminalizar la protesta acusándonos de guerrilleros, como esta de moda con las persecuciones sistemáticas y señalamientos, escudándose en su política de seguridad democrática.

compañer@s, amig@s, familia, desconocidos que algún día quisiera conocer, les envío un saludo libertario lleno de esperanza, amor y fortaleza. Un llamado a no olvidar la lucha que ha mantenido y consolidado lo que hoy llamamos universidad. Lucha que ha derramado mucha sangre, por esto, no esta permitido olvidar, porque el olvido es un elemento clave a favor del sistema, es un factor de poder que no podemos permitirle tener bajo su control.

Salut, tierra y libertad
Andrés, El Kin