HISTORIA DEL 8 Y 9 DE JUNIO, DIA DEL ESTUDIANTE CAIDO
8 y 9 de junio,
Aniversario,
Asesinatos,
Esmad,
impunidad,
Movilización,
Protesta,
Resistencia,
Terrorismo de estado,
tropel
Los comités de lucha de la ciudad de Cali se suman a través del Comité de Lucha de la Educación a las actividades que se realizarán a lo largo y ancho del país para conmemorar los días del estudiante caído este 8 y 9 de junio. Lo hacemos con el objetivo de contribuir a la recuperación de la memoria histórica de nuestro pueblo, lo cual es necesario si queremos impulsar la participación activa y masiva de las masas trabajadoras en los cambios estructurales que tanto necesitamos.
Los estudiantes y su movimiento han sido en la historia universal artífices e impulsores de grandes transformaciones, su participación decidida y desinteresada les ha permitido ganar el reconocimiento de los demás sectores de la población, ya que han dado muestras de ímpetu y sacrificio cuando han decidido ponerse del lado de las justas causas de las masas trabajadoras.
Creemos que el papel del estudiante del pueblo y de su movimiento debe ir ligado al del resto de los explotados y oprimidos, no podemos abstraerlo ni limitarlo exclusivamente a las luchas que en el terreno de la academia se puedan dar, para ser consecuentemente revolucionarios, los estudiantes deben unirse a las batallas de la clase obrera, del campesinado, de los pueblos indígenas, en fin, de las masas populares que hacen posible la vida en el mundo entero con su trabajo y su sudor.
Toda lucha estudiantil que se aparte de las masas, o lo que es peor, se crea por “encima” de las masas, es una lucha estéril, una lucha que no dará los resultados esperados, ya que es en la dinámica revolucionaria del proletariado y de las masas trabajadoras en general que el movimiento de los estudiantes adquiere fundamento, contenido, experiencia y fuerza para lograr las demandas y aspiraciones que se han propuesto.
Los estudiantes y su movimiento, si quieren de verdad contribuir al avance de las transformaciones que necesitamos como pueblo, deben ponerse a disposición de los intereses de la clase obrera y de las masas trabajadoras en general, deben asumir una posición de clase y definir bajo que objetivos tácticos y estratégicos van a luchar, ya que debemos impedir a toda costa que el movimiento de los estudiantes siga siendo utilizado por la pequeña burguesía para promover sus “reformas” o por la burguesía para diseminar su caduca ideología y su seudo ciencia.
A través de la historia los estudiantes se han venido dando cuenta de esta necesidad, por ello su participación al lado del pueblo ha venido en aumento. Desde aquel inolvidable manifiesto de Córdoba (Argentina) en 1918, las cosas no son las mismas, ya que el llamado general a combatir la reacción, la superstición y vincularse al movimiento obrero decididamente, fue la fuente de inspiración para muchos movimientos en todos los rincones del planeta y que aun hoy sirve de ejemplo a todos los que hemos asumido nuestro rol de estudiantes con un claro contenido de clase.
La concepción de unirse a las luchas del pueblo trabajador fue lo que motivo a los estudiantes colombianos de 1929 incluso a dar sus vidas por las justas demandas y denuncias de las masas, ya que el régimen corrupto y criminal de Abadía Méndez, muy similar al actual, significaba, como han significado todos los regimenes que han dirigido el estado burgués, un azote para los intereses populares. Fue precisamente en este movimiento contra la Hegemonía conservadora que el 8 de junio de 1929 cae asesinado el compañero GONZALO BRAVO PÉREZ por las balas oficiales, por los mismos que un año antes habían asesinado miles de obreros bananeros en lo que conocemos en la historia como la masacre de las bananeras, por la bota militar que tal como hoy, apunta sus cañones contra todos los que nos oponemos a la miseria y a la explotación del hombre por el hombre y queremos construir una sociedad más elevada y radicalmente distinta.
Este hecho enlutó al pueblo colombiano, el cual siguió adelante con sus luchas a pesar de la represión, pero más allá del luto y la rabia que las masas populares sintieron, sacaron de estos trágicos sucesos experiencias que confirmaron y confirman una vez más que el estado actual es un estado que defiende única y exclusivamente los intereses de los dueños de los medios de producción, de las tierras, bancos, fabricas, de los parásitos que se lucran con el trabajo de los millones de proletarios y campesinos colombianos.
25 años después del asesinato del compañero Bravo Pérez, el 8 de junio de 1954, a un año del inicio del régimen dictatorial del general Rojas Pinilla, puesto por la burguesía colombiana para defender sus privilegios, los estudiantes en su tradicional peregrinación a la tumba del compañero caído, fueron de nuevo atacados por las tropas estatales, resultando muerto el compañero URIEL GUTIÉRREZ, lo que llevó a que el movimiento programara para el día siguiente, 9 de junio de 1954, una nueva manifestación en repudio al nuevo asesinato. El 9 de junio, los estudiantes fueron nuevamente atacados por las tropas del tristemente celebre “batallón Colombia”, (recién llegado de corea a donde fue enviado por el estado servil colombiano a apoyar a los gringos en contra del pueblo revolucionario de este país), resultando muertos 11 compañeros más, entre ellos Álvaro Gutiérrez, Elmo Gómez Lucich (peruano), Hernando Morales, Rafael Chávez Matallana, Jaime Moure Ramírez, Hernando Ospina López, Hugo León Vásquez y Jaime Pacheco.
Debido a estos hechos, es que el movimiento obrero, estudiantil y popular declaró el 8 y 9 de junio como el DÍA DEL ESTUDIANTE CAÍDO, en conmemoración no solo de los mártires que con su sangre regaron la lucha estudiantil y popular, sino como testimonio claro que a pesar de los duras que sean las condiciones, las luchas justas siempre han salido adelante.
Este recuento histórico de nuestras fechas busca recuperar el real carácter del 8 y 9 de junio, ya que la burguesía lo ha convertido en un día sin contenido, en un día “deportivo” o “cultural” que para nada narra lo realmente acaecido.
Los comités de lucha en su misión de organizar las fuerzas de manera independiente y revolucionaria, acoge los días del estudiante caído como días para la lucha, como días para recordar la gran iniciativa y chispa estudiantil, pero al mismo tiempo hace un llamado a los estudiantes para que ensanchen sus miras, para que se den cuenta que necesitamos unirnos a las masas populares si queremos que nuestras luchas tengan mayor peso y sentido.
Precisamente hoy que el régimen narcotraficante y paramilitar de Uribe viene descargando todo el peso criminal del estado burgués contra los estudiantes, trabajadores, campesinos e indígenas, debemos unir nuestras luchas, debemos encausar en un solo torrente todo el descontento popular y nutrir las fuerzas hasta hacer de nuestra energía un solo puño que debemos dejar descargar sin miramientos contra todo el régimen de Uribe y contra todo el estado burgués que lo sustenta.
Debemos avanzar en la organización popular independiente, para la lucha, no para la conciliación, no para concertar, no para entregar nuestras aspiraciones a ningún candidato politiquero de turno sea cual sea su partido político.
Debemos en nuestra ciudad unir las fuerzas y concretar una sola plataforma de lucha de Cali, en la cual se encuentren nuestras aspiraciones inmediatas, las cuales las conquistemos con la fuerza de la huelga política de masas, por ello nos debemos encaminar a mediano plazo a la celebración de una asamblea obrera y popular en la cual adoptemos la plataforma y le demos rienda suelta a la iniciativa popular.
Los estudiantes tienen mucho que aportar, no solo en sus días conmemorativos, sino también en todos los procesos que se están gastando y que de seguro, nos llevaran a más contundentes y fuertes victorias contra el yugo del capital.
¡VIVA EL 8 Y 9 DE JUNIO: DÍAS DEL ESTUDIANTE CAÍDO!
¡VIVA EL ESTUDIANTE REVOLUCIONARIO!
¡ESTUDIANDO CONOCEMOS, CONOCIENDO COMBATIMOS, COMBATIENDO UNIDOS, VENCEREMOS!
CONTRA EL RÉGIMEN DE URIBE Y POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA: PREPARAR LA HUELGA POLÍTICA DE MASAS!
¡VIVAN LOS COMITÉS DE LUCHA!